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Es el destino normal de los presos de guerra. Legalmente, carecían de todo derecho: eran instrumentum vocale ("herramienta que habla"). Hacían gratis los peores trabajos y de por vida. El trato dependía del carácter personal del amo. Llegaron a ser numerosísimos con la expansión de Roma.

La mayoría de los esclavos en la antigua Roma se adquirían a través de las guerras, los ejércitos romanos llevan los prisioneros de vuelta como parte de la recompensa de la guerra.Delante del templo de Pietas, estaba la columna lactaria, donde eran depositados, expuestos, es decir «ius exponendi», los bebés abandonados, es decir, los que el pater familias se negaba a reconocer, para que alguien los adoptara. Esto casi nunca ocurría, sino que los recogían personas que los convertían en esclavos si eran hombres, y en prostitutas si eran mujeres. Los niños inútiles, deformes o débiles eran eliminados. El niño adoptado tomaba el apellido del nuevo padre. Cuando una esclava tenía un hijo, era responsabilidad de su amo aceptarlo en la familia. Que lo matara si no era aceptado no estaba mal visto, aunque más tarde pudo llegar a tener un tipo de reprobación moral.

Esclavos.

Dentro del imperio, los esclavos eran vendidos en subasta pública o, a veces en las tiendas, o por venta privada para los esclavos más valiosos. La trata de esclavos fue supervisada por los funcionarios fiscales romanos llamados Cuestores.A veces los esclavos estaban expuestos en soportes rotativos, para ser mejor observados y junto a cada esclavo iba colgado para la venta un tipo de placa que describe su origen, la salud, carácter, inteligencia, educación, y otra información pertinente para los compradores. Para poder apreciar mejor sus cualidades y defectos siempre eran expuestos desnudos. Los precios variaban con la edad y la calidad, así los niños esclavos eran más baratos que los adultos, y entre estos últimos los más valiosos alcanzaban precios equivalentes a miles de dólares de hoy día. A modo de garantía, el concesionario estaba obligado a reemplazar con un esclavo nuevo dentro de los seis meses tras la compra, si el esclavo tenía defectos ocultos que no se manifestaron en la venta. Los esclavos puestos a la venta sin periodo de garantía estaban obligados a llevar una gorra en la subasta, y eran más baratos.

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